Inmobiliarias deben cumplir con las ofertas prometidas y consumidores deben revisar los documentos, idealmente, junto a un abogado.
La Cámara Chilena de la Construcción (CChC) informó la semana pasada que la venta de viviendas nuevas en Santiago aumentó 46% en el primer trimestre de 2017, en comparación con igual período de 2016. De acuerdo a sus cifras, en los primeros tres meses de este año en la capital se comercializaron 5.872 departamentos y 1.452 casas.
La compra de una vivienda es una de las inversiones más grandes de las familias y nunca son demasiadas las precauciones que se pueden tomar.
El Servicio Nacional del Consumidor (Sernac) informó que durante 2016 recibió más de cinco mil reclamos en contra del mercado inmobiliario, lo que lo ubicó entre los sectores con más quejas por parte de los consumidores. El 66,4% de los reclamos corresponden a dudas con los contratos.
Para el director nacional del Sernac, Ernesto Muñoz, quienes quieren adquirir un inmueble tienen derecho a recibir un servicio con estándares de profesionalismo, lo que implica, por ejemplo, que se respete al pie de la letra lo ofertado, porque “lo prometido es deuda”.
Apunta que si las empresas inmobiliarias ofrecen “entrega inmediata”, “espectacular vista a la cordillera” o “amplias piscinas” y “áreas verdes”, es exactamente lo que los consumidores deben recibir.
Transparencia
Pablo Álvarez, gerente de Vivienda y Urbanismo de la CChC, asegura que la agrupación promueve constantemente que las inmobiliarias cumplan todas las exigencias que les impone la ley, incluyendo la del consumidor. Por ejemplo, haciendo cada vez más claros y simétricos los contratos de compraventa “para que le den certezas al comprador. Para esto la Cámara tiene un programa de buenas prácticas con el que promovemos la máxima transparencia por parte de las inmobiliarias”, asegura Álvarez.
Agrega que las quejas más frecuentes que reciben las inmobiliarias por parte de los consumidores tienen que ver con los tiempos de entrega y las respuestas post venta de las empresas.
Respecto a lo primero, señaló que “es casi imposible que una empresa se comprometa a una fecha cierta porque, muchas veces, no depende de ella la recepción final del edificio que es el momento en que queda el proyecto listo para escriturarse. Normalmente se construye el edificio en un período que es predecible (un año y medio), pero ahí vienen una serie de certificaciones que tienen que obtener las inmobiliarias para poder solicitar la recepción y depende de cada municipio el tiempo que se demoren en tramitar”.
Álvarez aclara que “cada vez más las inmobiliarias están dando más precisión en la fecha”.
Sobre las respuestas post venta, el ejecutivo explica que la mayoría de las quejas se refieren a defectos de las terminaciones y a la tardanza en las respuestas. “Ahí nosotros como Cámara tenemos bastante aleccionadas a las empresas de que deben contestar los reclamos en un plazo no superior a cinco días y deben comprometerse con horas (para realizar los trabajos) en que los moradores estén en la casa”.
Sobre los contratos, Álvarez explica que no son todos iguales. “Aquí no sólo están involucradas las inmobiliarias, también los bancos”. Agrega que generalmente hay un par de cosas con las que se tiene “que tener ojo”, pero el resto es muy estándar: “Hay información de créditos bancarios, de hipotecas, los seguros, etc”.
“Por ejemplo, es súper importante el tema de los seguros de incendios y terremotos. Algunos cubren el saldo insoluto y otras veces el valor completo de la vivienda. Cuando hay terremotos es importante que el seguro sea por el total de la vivienda”, dice.
CChC aconseja
-Revisar el contrato entregado por la inmobiliaria, idealmente con un abogado. “No es imprescindible, pero sí es recomendable. Hay detalles en un contrato que uno no tiene por qué saber”, indica Pablo Álvarez.
-Visitar personalmente (no sólo por internet) el lugar físico donde estará el proyecto, aunque se esté comprando en blanco o en verde. “Puede haber una publicidad que muestre un departamento aislado pero en el terreno se ve otra cosa”.
-Antes de firmar la reserva de compra, consultar con personas que han comprado inmuebles antes, para conocer sus experiencias.
-Informarse bien con la inmobiliaria sobre las superficies de las viviendas. “A veces la gente se pone a medir, de acuerdo a la superficie útil que le dan. Pero resulta que la superficie útil en Chile legalmente es la que va al eje de los muros, la mitad interior del muro, que no es lo mismo que la superficie interior”.
-Consultar todos los detalles sobre el proyecto en que se incluye el departamento o casa. “El cliente puede y debe preguntar cuántos pisos tendrá el edificio, cuántos departamentos; esto es importante para evitar sorpresas futuras”.
-Informarse sobre todos los servicios anexos. “Si te dicen que va a haber piscina para este proyecto, la piscina debe ser exigida y el compromiso debe quedar establecido en el contrato. Si la piscina es para la segunda etapa, esa piscina no existe”.
por La Hora